STENT BIOABSORBIBLE O "SCAFFOLD"

Sobre la autora:   
Vera Rodríguez  
Unidad de Hemodinámica   
Htal. Clínico San Carlos de Madrid.  



Desde la década de los 80 hasta nuestros días, los dispositivos para el tratamiento percutáneo de estenosis coronarias han evolucionado notablemente. El paso del balón convencional al uso de stents, implicó una revolución del mismo modo que la llegada de los stents bioabsorbibles han supuesto un salto evolutivo en la cardiología intervencionista.

El concepto “scaffold” (que significa andamio) hace referencia a la implantación de una endoprótesis coronaria que, como en una obra, desaparece cuando “el trabajo está hecho”, es decir que mantiene el vaso abierto hasta que finaliza el proceso de curación de la lesión para la que se indica su uso. Esto significa que a diferencia de los stents con polímero reabsorbible (del que queda el stent metálico ya endotelizado), en los scaffolds no queda nada una vez finaliza el proceso de curación del vaso.

La Industria ha desarrollado diferentes modelos de scaffolds, cada uno de ellos con diferente diseño de la disposición de los struts, materias absorbibles, características en cuanto a fuerza radial, tiempo de degradación (que va de los 6 meses a los 2 años), etc…

El scaffold más utilizado en nuestro país es el comercializado por Abbott, que está fabricado a base de ácido láctico, molécula existente en el cuerpo humano lo cual permite su completa resorción (que implica disolución, asimilación y excreción por vías naturales del organismo) en lugar de la mera absorción.

Las particularidades idiosincrásicas de estos dispositivos proporcionan, entre otras, ventajas a nivel clínico como son la disminución del riesgo de trombosis y del consumo de antiagregantes de forma crónica, recuperación de la función vasomotora de la arteria y, por todo ello, se presume que menor número de eventos a largo plazo.

Sin embargo, el manejo de este tipo de dispositivos es diferente respecto de los stents metálicos. Todo profesional que trabaje en hemodinámica debe saber que es necesario que el almacenaje sea en un medio frio (4-8ºC), se requieren para su inserción catéteres de 6 Fr así como pre dilatación, no humedecer el scaffold antes de insertarlo, realizar su expansión subiendo de 2 en 2 atmosferas cada 5 segundos y dominar las técnicas de imagen intracoronaria para optimizar el resultado del su implantación.

La llegada de los scaffolds al campo de la cardiología intervencionista es, sin duda, un notable avance, pero al ser una tecnología tan joven, falta tiempo para evidenciar sus resultados en términos de eficacia y seguridad a largo plazo.

Vera Rodríguez

Dirección para correspondencia:
Verarodriguez@yahoo.com

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